7 de mayo de 2012

cazadores de sombras publicacion 32

El caballo relinchó al reconocer a Jace.
-Hola, bonito, mira, tengo que comprar una cosa, y luego ir con mis amigos, ¿me llevaras?
El joven encarnó una sonrisa al ver al equino mover la cabeza arriba y abajo.
Fue a una tienda de armas, donde, además de poner que arma es, de que estaba hecho, y de donde precedía, añadía su peso.
En una esquina, vio una espada de Italia que sobrepasaba el peso correspondiente, era una espada preciosa, con las runas bordeadas de oro de ley, bastante cara.
A su lado, descansaba una espada de España, de plata y bronce con las runas rojas, de el peso exacto, y no lo bastante cara. <<Ya que estamos aquí, compramos una espada molona para quedármela>>
Se acercó a la dependienta, que, de no ser por su rostro y su cabello castaño, habría jurado que era Isabelle, sus mismos ojos pardos, una altura enorme,  una mirada picara y unos tacones de aguja que parece que te van a atravesar.
Hola- la chica le guiño un ojo a Jace- ¿Qué deseas?
-Quería comprar esta espada.
-Oh, tiene usted muy buen ojo para las armas.
-¿Cuánto?
-¿Cuánto? Déjeme ver.

2 comentarios:

  1. Yo también quiero un caballo que entienda perfectamente lo que digo!!! Y ya de paso que me ayude con la lita de la compra

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  2. eso lo hace cualquier animal, y con la lista de la compra... no sé decirte, si a caso te llevará a hacerla

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