19 de septiembre de 2012

cazadores de sombras publicacion 69


Llegaron a la puerta de la iglesia y Clary tembló bajo el ardiente sol de primavera.
-Alec,-empezó ella- adelántate y suaviza las cosas un poco, por favor.
El chico de ojos azules abrió la puerta y entró. Clary miraba ahora a Simón.
-Bueno. ¿Esperamos un rato aquí?
-Va, venga.
Se quedaron cinco minutos en las escaleras de la puerta, hablando de cómo le va vivir con Jordan, con Maia entrando y saliendo de la casa. De vez en cuando, Sión va a dormir algunas noches a la casa de su madre, si ella descubre que es un vampiro, como la primera vez, usa un poder propio de los vampiros, un glamour que la hace creer todo cuanto le dice Simón.
Clary se levantó y miró hacia la iglesia, luego dijo con nostalgia:
-Me gustaría que pudieras entrar, ¿Sabes Simón?
Pero eso no era posible, él era un vampiro y el instituto un lugar sagrado, si acaso podría entrar en el santuario del instituto, pero no serviría de nada.
-Adiós, Simón.
Se despide con un beso en la mejilla y una caricia desde la sien hasta la barbilla.
-Nos vemos pronto, Clary.