-No, Clary, tú no lo entiendes. Siento que ellos no confían
en los Acuerdos. Tampoco en los cazadores de sombras. No matan personas, pero
no respetan los Acuerdos.
La joven lo miró.
-Además-continuó- protegen a los vampiros, es extraño.
-Da igual, no creo que me huelan. Runas.
Como si eso lo resolviera todo, continuaron su camino.
Al poco tiempo, vieron una enorme casa, bastante
moderna, con cristales.
Ella sacó su estela y dibujó ‘Apertura’ en una de las
puertas. Al entrar, un fio le dio en las narices a Clary. Simón se dio cuenta y
se quitó la camiseta.
-No poseo calor corporal, pero por lo menos esto puede
ayudarte.
Y se la tendió.
-Gracias.
La mente de Clary vagaba por la casa, como si ya
hubiera estado allí. Consiguió ver una escalera, su mente bajaba por ella, una
puerta de madera, la traspasa, barrotes, hay barrotes y puertas de hierro. En una
de las ‘jaulas’ hay un muchacho agazapado, con grilletes en muñecas y tobillos.
-Lo tengo. Sé dónde está Alec.
-¿Dónde está?
-Bajo las escaleras.