28 de abril de 2012

cazadores de sombras publicacion 26

Magnus sonrió, sus ojos eran burlones, todo les decía que Magnus quería mucho Alec.
En Alacante, todo estaba revuelto. Jace, Alec y Clary se dirigieron a las catacumbas de la ciudad. Todo estaba oscuro, no se veía nada, no había tramos de luz que te ayudara a saber que, o, quien pisas.
Tras mucho buscar en un sitio tan lúgubre salen al exterior, pero se encuentran algo que no pensarían nunca.
Raziel.
Todos lo miraban con la boca abierta, tres pares de ojos curiosos lo miraban a la iluminada cara, sus blancas alas estaban desplegadas, y vestía una túnica de seda blanca, con pequeños bordados de oro el borde del cuello.
-Nefilims, el Señor me mando en vuestra ayuda. Quiere que encontréis la estela de Valentine Morgenstern.
Todo era silencio, incluso los pájaros habían dejado de cantar.
-E… ¿Eres el Ángel Raziel?
Alec tartamudeaba, sin embargo, Clary y Jace, lo miraban con respeto.
-Así es, Lightwood. El Señor me ordenó que viniera en vuestra ayuda.
Jace cerró los ojos, la luz le quemaba los ojos, tan solo Clary permaneció con los ojos abiertos.