17 de febrero de 2013

Cazadores de Sombras Publicación Nº 80


-¿Que hiciste qué?-la voz de Jace sonaba enfadada y sorprendida-¿Sabes acaso lo peligroso que puede ser eso?
Isabelle bajó la mirada, avergonzada.
-Jace… Era o eso, o podrían capturarlo, yo…
-¿Tú qué? ¿Isabelle? ¿Sientes algo por él? ¿Es eso? Ya conocemos todos tus enamoramientos. ¿Debo recordarte a cierto licántropo por el cual estabas tan enamorada?-Las dos últimas palabras sonaron largas, pausantes y con intención de hacer daño.
-No hace falta que nombres a Pablo, no es necesario-Sonó dolida.
-Bien, pues entonces…
-¡Hey, chicos!-se giraron y Sebastian estaba a unos seis metros de ellos, con expresión divertida, apoyado contra la pared, completamente ajeno a su hombro-Siento interrumpir tan gozosa bronca, pero tenemos que hacer algo, si no os importa.
Jace miró de nuevo a Izzy, con su mirada le decía que tenían un asunto pendiente. Ella bajó otra vez la mirada.
-Muy bien, vamos.
Los muchachos dejaron a la chica allí, sola. A Isabelle no le gustaba mostrarse débil, pero Jace le había dado donde dolía. Pablo había sido la primera persona por la que había sentido algo profundo, muy profundo. La chica se dejó caer al suelo, con las manos sobre el rostro, tratando de que el agua no saliera de sus ojos. Recordando todo lo que había pasado con aquel chico. Estuvo a punto de gritar contra sus piernas, pero se contuvo para no demostrar a su hermano cuánto daño habían hecho sus palabras.