Cogió la espada, rozando así la mano de Jace.
-Bien-examinó la espada- quince euros.
-Bien,- Jace se puso a calcular para ver cuánto en dólares- diecinueve dólares.
-Casi, diecinueve con cincuenta y cinco.
-Por unas decimas…
Jace salió de la tienda. Esa chica le estaba tirando los trastos.
Cogió a Caminante, y fue con Clary y Alec. Tardó la mitad en llegar junto a los sauces.
-¡Jace!
-¿Qué?
- Date prisita, bonito, empiezo a cansarme.
Jace miró a Alec, y se echaron a reír.
-¡No tiene gracia!
-Vale, vale, preciosa, ya bajo.
-¿Qué compraste, Jace?
-¿No deberías saberlo, Alec?
-¡Dejarlo ya, chicos!
-Está bien, compre una espada. De España.
-¿España? ¿Dónde está eso?
Alec y Jace volvieron a reír.
¿Se lo digo? ¿O le doy un mapa y que se las arregle?
-No, venga, díselo.